Asociacion de Mayores del Barrio de la Estrella
Calle Doctor Esquerdo nº 105
28007 Madrid
Si vive en nuestro entorno y desea formar parte de nuestra Asociación, utilice nuestro formulario de contacto indicándonos los nombres de un socio que le presente o si conoce a algún miembro de la Junta directiva. Igualmente, explíquenos también los motivos por los que quiere pertenecer a AMBE.
Foto del grupo en el Patio de Armas del Alcázar de Toledo (2014)
El éxito alcanzado en las dos ediciones anteriores y el deseo manifestado por los socios, animó a la Junta Directiva a organizar este “III Día del Socio”. En esta ocasión el sitio elegido fue Toledo. A las 9 de la mañana del 23 de Octubre y en tres autocares partían hacia la Ciudad Imperial, 145 socios, cifra que superó a la de años anteriores.
En el Paseo de la Vega nos esperaban los tres guías que iban a acompañarnos en nuestra visita. En un principio hicimos un recorrido panorámico por la parte exterior durante el cual nuestros guías nos dieron amplias y documentadas explicaciones sobre la Ciudad y su historia y tuvimos la oportunidad de ver los dos puentes más importantes y antiguos: San Martin, gótico –mudéjar del siglo XIII, que con el de Alcántara, formaban parte del sistema defensivo.
Desde un mirador, donde hicimos una breve parada, pudimos gozar de una vista espectacular donde destacaban el imponente y majestuoso edificio del Alcázar y la singular torre de la Catedral gótica que dicen es la más importante de España. Finalizado este interesante e instructivo recorrido iniciamos la visita a pie que dado el elevado número de participantes, fue necesario dividir por autocares con objeto de evitar la coincidencia en la visita de los monumentos seleccionados: Alcázar, testigo de una gesta histórica de nuestra Guerra Civil, la Catedral, la Iglesia de Santo Tomé y la Sinagoga del Tránsito.
En la visita al Alcázar, cuyo recinto ha sido modificado y ampliado con unas construcciones modernas para albergar al Museo del Ejército, visitamos la Sala de la Casa Ducal de Medinaceli, con su colección de diferentes armaduras; la Sala de las Miniaturas con soldaditos de plomo ataviados con uniformes de diversas épocas de los ejércitos de España y de Europa. En esta misma sala, y también con soldaditos, vimos la evolución de nuestra bandera desde los inicios hasta la actual roja y gualda.
Cruzando el Patio de Armas, con la estatua de Carlos V, nos adentramos en nuestra reciente historia al penetrar en el despacho del general Moscardó (último vestigio, que al parecer se conserva, del estado en que se encontraba al ser liberado). Pudimos ver en las paredes algunas fotografías del asedio, la mesa del general y el teléfono a través del cual mantuvo la conversación con su hijo y con el jefe de los sitiadores y que antes podía escucharse con la grabación existente.
Tras estos recuerdos históricos visitamos la inigualable Catedral, joya del gótico español del siglo XIII, donde pudimos admirar la maravillosa custodia del siglo XVI del orfebre alemán Enrique Arfe. No menos admirable el Transparente, obra del siglo XVI, cuyo objetivo era dar más luz a la girola y, por último, antes de abandonar el templo, pasamos a la Sacristía donde, entre numerosas pinturas de El Greco, se encuentra el famoso cuadro de “El Expolio”, una de las joyas de la Catedral.
El otro monumento visitado fue la Iglesia de Santo Tomé donde contemplamos con verdadera admiración las alargadas figuras del cuadro “El entierro del Conde de Orgaz” en el que el pajecillo de la primera fila a la izquierda es su propio hijo que en un pañuelo lleva la fecha de 1.578 referida a su nacimiento ya que el cuadro fue terminado en 1.586. De aquí, y por las intrincadas callejuelas del Barrio Judío, llegamos a la Sinagoga del Tránsito, con fachada mudéjar, edificada por orden de Samuel Leví en 1.386. Debe su nombre a haber albergado un lienzo representando “El Tránsito de la Virgen”.
Repletos de historia y arte nos dirigimos hacia el Hotel Alfonso VI. Algunos tuvimos la oportunidad , tras un interminable paseo, conocer las escaleras mecánicas, de reciente construcción, que nos llevaron hasta la Cuesta del Cardenal donde nos esperaba el autocar para trasladarnos al Restaurante para la comida que, como era de esperar, no defraudó nuestro buen apetito.
Finalizada la comida, y como viene siendo tradicional, algunos bailaron con las más selectas melodías mientras otros aprovecharon las dos horas libres para visitar en el Museo de Santa Cruz la exposición “El Greco, taller y oficio” o dar un paseo hasta la Plaza de Zocodover para surtirse de los célebres mazapanes y esperar a las siete de la tarde para regresar a Madrid en los briosos y siempre seguros “corceles” de la Empresa Pinilla.