El pasado 23 de febrero 25 socios iniciamos el viaje a Madeira, tras hacer escala en Lisboa, el aterrizaje en el aeropuerto de Funchal fue sorpresivo dada la corta longitud de la pista de aterrizaje.

A pesar de las predicciones de lluvia y frío nos encontramos con un sol y una temperatura que invitaba a pasear por la tarde y disfrutar de las vistas del hotel y de la piscina en algún caso.

El segundo día lo dedicamos a conocer Funchal la capital de Madeira, que debe su nombre al hinojo amarillo que encontraron los primeros colonizadores. Visitamos el Mercado dos Lavradores, donde se venden troncos de plátanos, frutas tropicales, flores y pescado. Visitamos también la Catedral y acabamos degustando el excelente vino de Madeira en una de sus bodegas típicas, la Pereira D´Oliveira.

El tercer día nos esperaba el recorrido en vehículos todoterreno para recorrer la parte Noroeste de la isla, que parece un verdadero jardín flotante por la cantidad y variedad de flores que la cubren, por unos caminos imposibles para vehículos normales. Hicimos un descanso para almorzar y continuamos con destino al hotel.

El cuarto día hicimos una excursión a los Jardines de Quintas, donde pudimos contemplar nuevamente la fauna y la flora tropical de la isla. Por la tarde comenzamos una nueva aventura, realizando un recorrido en lanchas rápidas para intentar ver alguna ballena, cosa que no conseguimos, pero sí vimos a nuestro alrededor gran cantidad de delfines.

El quinto día tuvimos el día completo para visitar en Jeep el Este de la isla, desde Ponta de Sao Lourenço, con unas vistas espectaculares, continuando al Porto da Cruz y paseando por su precioso puerto pesquero, dirigiéndonos después al pueblo de Santana con sus casas con techos de paja. Ascendimos a Poiso y nos dejamos llevar calle abajo montados en unos cestos típicos arrastrados por dos lugareños a toda velocidad y cuesta abajo.

Al día siguiente, tras el desayuno, nos recogieron para llevarnos al aeropuerto con destino a Madrid.